la UIAF en el
que se describen tres tipologías de cómo la explotación y comercialización del
mineral están siendo utilizadas por los grupos ilegales.
Ante la pregunta:
¿la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) tiene cifras de lavado
de activos relacionadas con la minería ilegal en Colombia? La respuesta es una
y la da la entidad: “En la actualidad la explotación ilícita de yacimiento
minero no es un delito fuente de lavado de activos”.
Esto quiere
decir que la entidad encargada de prevenir, a través de inteligencia, el lavado
de activos, financiación del terrorismo y contrabando, no tiene los dientes
suficientes para atacar el flagelo.
No obstante,
en el documento que conoció El Espectador, y que tiene el rótulo de reservado,
la UIAF advierte que está trabajando en un proyecto de ley que pronto revertirá
esta situación.
Una tarea
pendiente, si se tiene en cuenta que desde 2010 la Defensoría del Pueblo había
advertido, por medio de un estudio que realizó durante dos años en 1.010
municipios del país, que en el 44% de esas jurisdicciones se registraba minería
informal y que el 28% correspondía a explotación de oro.
Adicionalmente,
en el mismo documento, la UIAF menciona que, antes del proyecto de ley, el país
conocerá un decreto en el que se seguirá de cerca la comercialización nacional
e internacional de minerales extraídos ilícitamente, “al establecer que los
comercializadores de oro deberán enviar a la UIAF los reportes de información
que establezca la entidad y se señalarán los mecanismos de cooperación entre
las entidades del Estado”.
Este diario
también pudo establecer que el 27 de noviembre de 2015 la UIAF presentó al
Ejecutivo los tres esquemas que ha detallado, en los cuales muestra cómo la
explotación y comercialización de oro estarían siendo utilizadas para financiar
el terrorismo en el país. Esta revelación, menciona la entidad, se hace con un
único fin: “Orientar e informar a los actores del mercado y de la economía
colombiana”. Y, por qué no, también a los ambientalistas.
Explotación y
comercialización de oro para el terrorismo
Según la
UIAF, la organización narcoterrorista (ONT) ejerce el control de una mina de
oro que se encuentra en su zona de influencia, que además explota directamente.
Una parte del oro extraído es vendido por un miembro de la ONT a una
comercializadora internacional (CI) legalmente constituida que paga en efectivo
por el oro. Este dinero es utilizado por la ONT para adquirir armas,
municiones, explosivos, medicinas, víveres y elementos de intendencia.
Sin embargo,
atesora una parte del oro en una caleta para posteriormente ser utilizada por
esta organización como medio de pago (ver gráfica).
El carrusel
del oro para financiar el terrorismo
El segundo
esquema detectado señala que una organización ilegal, a través de una empresa
de su propiedad, adquiere oro en un país B, en el cual el precio de este metal
es menor al del mercado internacional. Posteriormente lo transporta e ingresa
de forma ilegal al país A, donde se encuentra establecida la organización.
La empresa
del país A realiza una explotación del oro, cumpliendo aparentemente con todos
los documentos y controles aduaneros para el envío de desechos o desperdicios
de oro, mezclando previamente una parte del oro regional con el ingresado de
forma ilegal, a una empresa creada por la organización en un país C.
En el país C
la empresa creada por la organización ilegal funde y transforma el oro en
artículos como herramientas, tornillos, cinturones, llaves, entre otros, que
son pintados para ocultar el oro, y ser exportados al país B, donde una empresa
al servicio de la organización ilegal los funde, obteniendo nuevamente el oro.
Finalmente,
la empresa del país A recibe las divisas por las exportaciones de los desechos
o desperdicios de una actividad aparentemente legal.
Oro como
medio de pago del narcotráfico
Finalmente la
UIAF describe que una organización narcoterrorista se aprovecha de la actividad
exportadora que realiza una empresa para enviar droga al país B.
En el país B
se encuentra un traficante que recibe la droga y realiza el pago en efectivo a
un miembro de la ONT que se encuentra establecido en el país B.
Este miembro
de la ONT es dueño de un taller de joyería donde camufla oro en joyas “baratas
o fantasía”, las cuales son importadas por su corresponsal en el país A.
Adicionalmente
utiliza el correo humano para enviar oro transformado en joyas a su
corresponsal en el país A. Cuando llegan las joyas importadas al corresponsal y
las transportadas por el correo humano, son vendidas por una joyería o casa de
empeño de la ONT en el mercado interno a un precio mayor. Estos recursos son
entregados a la ONT (ver gráfica).
A pesar de
que estos esquemas guardan relación con casos de inteligencia financiera, la
UIAF aclara que no están vinculados a personas naturales o jurídicas específicas.
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